jueves, 22 de julio de 2010

Otra de esas noches


Otra de esas noches
Otra de esas noches. Y una muy distinta a todas las anteriores...

Esta, en particular, encierra muchas de las importantes escenas de mi vida. Inicia con un café. Acompañada de música incongruente pero hermosa, canciones que ni yo mismo suponía encerraban un instante que no se rige por el significado ni la melodía. y a la vez no sé si son portadoras del significado mismo de la melodía o de la letra. Sigue con una pequeña dosis de inspiración a medio terminar. Se mantiene con el aliento de la noche muy entrada y su característico sonido de humanidades en distintos estratos espacio-temporales.

Un domingo cualquiera y muy distinto a los demás, que agoniza por la acción tranquilizadora de mis memorias con otro significado-muy-distinto al que siempre han tenido la característica lata collage de emergencia que encierra mis memorias. La estúpida realización de querer sentir instantáneamente una vez más el sentimiento de sentimientos ( ), junto con la lucidez del frío acompañado de dos cigarrillos culposos; en donde mis cinco sentidos junto a otros indefinidos me hacen saber, hoy una vez más, lo que soy y encontrarme conmigo mismo en un eterno suspiro confuso de desahogo y a la vez una última bella perturbación.

Me olvido de mi cuerpo y dejo que la mente gane a la inspiración, siendo ésta última especialmente hoy más importante que lo demás.

No trato de encontrarle un significado de nuevo al no escucharle siquiera el final a cada canción en particular; y un inicial suspiro sigue, tratando de definir qué hago aún despierto en medio de esta eterna confusión. espero que la duda desaparezca aún cuando ya no está aquí. Hay un agradable malestar en mí, hay una agradable sensación de querer descubrir, de querer lanzarme al vacío esperando más de lo debido en mis capacidades de seguir soñando con un frío de diez siglos en los cuales pretendo sentir las infinitas escenas, ahora ya muy sobriamente decidiendo que no son sólo de mi vida, sino de todas las vidas de los seres humanos. Para mí, más de lo que pudiera desear... un eterno regalo que no logro aceptar como milagro.

Y los puntos suspensivos además de los punto-y-comas, me siguen persiguiendo mientras en el exterior siguen consumiéndose los ciclos del mundo. Pero me adhiero y me abrazo de mis pensamientos al verme no solitario sino temporalmente decidido a mantenerme en la posición egoísta que me sostiene y que no es eterna sino estratégicamente oportuna para mi propia supervivencia.

¡Oh Dios! ¿Qué puedo hacer para mantener y congelar este sentimiento o conjunto de sentimientos aparentemente liberadores para mañana poderlos compartir con quien pueda y deba? ¿Qué hay de extraño y misterioso en este día que no fue día por no pertenecerme, como lógicamente debería?

Una vez más me encuentro, una vez más me guardaré de disfrutarle al momento, porque me atraviesa cual lanza imaginaria y no me hace daño alguno al querer sentir expectativamente el dolor... para sobrevivir. Gracias por venir, momento de inspiraciones y suspiraciones, y desatar un pestañeo de luz envuelto de hermosas iteraciones comparativamente referenciales  y depurativas...





Autor: Axel Aguilar Bonilla

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